“Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” 2 Tim.1:9
¿Quieres cumplir con el propósito de Dios para tí?
Dios nos llama a cada uno de nosotros en diferentes áreas de nuestra vida, y a todos, a su pueblo, nos llama hoy a un llamamiento de sumisión y obediencia.
Existen algunos aspectos que debemos tener en cuenta en el llamado:
* El sacrificio, como señal de obediencia
* La perseverancia, la dedicación y la firmeza
Dios valora nuestro trabajo, Él cuenta con el llamamiento que nos ha hecho, para Dios, todos somos iguales, Él necesita nuestro corazón no nuestro título.
Delante de Dios, el servicio es el mismo, de igual valor, el que desarrolla un servicio “pequeño” como ocuparse de la limpieza de la iglesia o el que ejerce un ministerio, y lo valora tanto en una iglesia grande como en una pequeña.
En la obra de Dios, nadie es menor que otro, ni por edad, ni por posición, ni por titulación.
vs. 9... Él nos llamó con llamamiento santo.
Nos dará coronas por nuestro trabajo. El trabajo en el Señor no es en vano, por tanto, todo lo que hagas, haz siempre las cosas lo mejor para el Señor.
Dios tiene un premio especial para los que se esfuerzan y son valientes. Él te dice hoy: “Esfuérzate”
Dios nos ha escogido y cuenta con los que son fieles al llamado.
¿Cuál es tu disposición ante el ministerio que Dios te ha dado?
“Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. “ Mateo 25:23
Si sobre lo poco eres fiel, Dios te pondrá en lo mucho, por tanto debemos ser fieles y constantes en nuestro servicio, poniendo siempre nuestra mirada en Dios, pues de no ser así, si nuestra mirada está puesta en otras cosas o personas, corremos el riesgo de caer en el conformismo espiritual, con las consecuencias que ello acarrea.
Dios cuenta en su obra, con los que asumen un reto. Hay trabajo en la obra del Señor, así, pregúntale hoy a Dios ¿qué quieres que yo haga?
Es necesario tener disposición para servir en la obra de Dios, dispón tu vida para servirle, y para ser usado.
Pon tus talentos en las manos de Dios, todos y cada uno de ellos; cuando Dios te llama debes aceptar el llamado y no ponerle “peros”, trabas al Señor
Pablo no puso trabas a su llamado, él tuvo una misión y la cumplió, pagó su cuota de sacrifico. Pablo fue un instrumento escogido en la manos de Dios, tenía el respaldo divino, cumplió su propósito.
¿Quieres cumplir con el propósito de Dios para tí?
Es tiempo de no callar, es tiempo de tomar la Palabra de Dios y comenzar a declararla.
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” 1 Co. 15:58
Dios quiere renovar tus fuerzas hoy, Él te ha llamado de la oscuridad a la luz, para que al final de tus días puedas decir:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:7-8
Pregúntale hoy a Dios: Señor, ¿qué quieres que yo haga?
Pon tus talentos en las manos de Dios, todos y cada uno de ellos; cuando Dios te llama debes aceptar el llamado y no ponerle “peros”, trabas al Señor
Pablo no puso trabas a su llamado, él tuvo una misión y la cumplió, pagó su cuota de sacrifico. Pablo fue un instrumento escogido en la manos de Dios, tenía el respaldo divino, cumplió su propósito.
¿Quieres cumplir con el propósito de Dios para tí?
Es tiempo de no callar, es tiempo de tomar la Palabra de Dios y comenzar a declararla.
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” 1 Co. 15:58
Dios quiere renovar tus fuerzas hoy, Él te ha llamado de la oscuridad a la luz, para que al final de tus días puedas decir:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:7-8
Pregúntale hoy a Dios: Señor, ¿qué quieres que yo haga?

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