Se irán añadiendo nuevas predicaciones con regularidad.

TU PRIMOGENITURA



“Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.
Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.
Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura” Génesis 25:27-34

Podemos ver en el relato de estas dos vidas aspectos muy interesantes, Esaú diestro en la caza, trabajaba fuera del hogar, Jacob ayudaba en las tiendas. Isaac amaba a Esaú y Rebeca a Jacob.

Podemos ver a alguien que menospreciaba las cosas de Dios (Esaú) y otro que las anhelaba (Jacob)

Esaú en un momento determinado de su vida tomó una decisión que más tarde trajo terribles consecuencias para él. Al venir cansado de un día de caza, de trabajo, con hambre, pidió comer, aceptando el cambio de un simple plato de lentejas por nada menos que su primogenitura, trato que le propuso Jacob.

Podemos ver en ese momento el ínfimo valor que dio a lo que Dios había establecido para él, pues la primogenitura llevaba consigo importantes aspectos como una mayor parte en la herencia, pero no solo material, sino también espiritual pues implicaba el sacerdocio, el patriarcado y la doble unción.

Esaú despreció lo establecido por Dios para él, por satisfacer un deseo temporal, momentáneo.

Podemos ver con tristeza como muchos hoy desprecian el conocimiento de Dios, y hasta su propia salvación, y son capaces de cambiar por dinero, posesiones materiales, política, fama,... todo lo que Dios les ha dado llegando a olvidarse de llamado, ministerio y convirtiéndose todo aquello en su "plato de lentejas".

“No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas” Hebreos 12:16,17

Vemos como luego Esaú cambió de opinión y procuró con lágrimas retener lo que había perdido, pero ya no hubo oportunidad para el arrepentimiento.

Hermanos, las malas elecciones traen consigo terribles consecuencia. Podemos ver en Malaquías 1:2,3 como Esaú fue abandonado por despreciar a Dios: “Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto”

Por muy difícil que sea la situación por la que estés pasando, no vendas por nada del mundo tu “primogenitura” en Dios. Dios bendice a su pueblo y no lo abandona en los peores momentos.

Mantente firme, con el fuego de Dios en tu vida, “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:6,7

Guardemos en lo más profundo de nuestro corazón la Palabra y sus enseñanzas. Jacob tuvo una vida dura, pero perseveró, amaba al Señor, Él anhelaba lo espiritual.

¿Cuál es el propósito en tu vida? Que tus planes y propósitos estén en Dios, no en lo superfluo, en lo temporal y transitorio, sino que cuides de no dejar que tu lugar, el que Dios te dio, lo ocupe otra persona.. No pierdas las promesas que Dios tiene para tu vida, cuida tu herencia espiritual, cuida tu primogenitura. Hermanos, fuimos creados para darle honor y gloria a Jesucristo, no deseches lo que el Espíritu Santo ha depositado en ti.


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